miércoles, 17 de diciembre de 2008
El silencio de los espejos
Quiero sentir que el silencio de los espejos
mudos de mi conciencia siguen quemándote
los labios cuando te nombran en la
penumbra de mi agonía.
Te llama el atardecer de mis ojos
cuando no se encienden con la luz
de los tuyos.
¡Ay! Si tan solo pudiera abrazarme
a tu memoria y recorrer la soledad
de las mañanas en alguno de tus planetas.
Desde la inmensa torre que existe
entre mi pasado y mi presente
la búsqueda de tus manos se agota
al sentirte suspirar.
El lejano beso que robaste de mi boca
la primera noche de fuego es ahora
tan sólo cenizas, y otro beso tuyo
se adueña de mi último aliento.
Ya no puedo hablar ni callar,
esas palabras que cada segundo
que pasa repito...
Te quiero.
¡Ay! si tan solo pudiera correr a abrazar
tus pensamientos
y enredarme en ellos cual dedo en tu pelo.
Quiero hoy que penetres en mi tiempo
que recorras mi vida de costa a costa
Las agujas del tiempo se detienen
estás presente aunque ausente.
Los silencion se rompen
y quedan cristales rotos de esos espejos
¡No más silencios!
Acabo de gritar que
Te Quiero.
Por Gabriela F. ©
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Me gusta la idea del silencio que quema.
ResponderEliminarBesos.